lunes, 29 de diciembre de 2014

Todos los caminos conducen a...

No sabes qué tanto he estado esperando. Por ti, por él, por quien estará por llegar. Porque esperas y sobre todo acabas desesperando.
Yo no se si vendrá o si soy yo la que llega tarde y era a mí a quien estaban esperando. De momento me conformo con seguir caminando,  marcando un ritmo constante. No sé si llegaré pronto o tarde, si habrá terminado todo cuando llegue, si ni siquiera habrá empezado. Pero sigo caminando. Sigo insistiendo. Sigo haciendo mi camino a través de muchos obstáculos. Porque si yo no camino, si yo no doy esos pequeños pasos nadie los dará por mí. Y sí, la vida pasa mientras yo continúo mi camino. Quizás encuentre lo que tanto ansío, o lo más probable es que lo pierda cuando camine... lo que puedo estar segura es que no he dejado que el camino se cierre para mí, no me he quedado quieta mientras la vida pasaba.  Y quizás la vida, mi camino, me conduzca a ti.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Como lo hacía yo

Días como hoy, de frío y con tu sudadera puesta, me cuesta pensar en todo aquello. Eso que teníamos y que era nuestro, único y especial. Tendría que haber sabido comprenderte, tendrías que haber sabido esperar. Tendría que haber sido más fuerte por nosotros, tu tendrías que haber venido más. Tendría que haberte hecho sonreír más, tendrías que haber borrado mis lágrimas con besos. Tendría que haber saltado sin pensar contigo y tu tendrías que haberme sujetado para no caer, o si caíamos hacerlo juntos. Hoy veo todo lo que tendríamos que haber hecho y sólo pienso que ahí se quedó, en un tendría o tendrías que haber hecho. Pero a cada lado de la pantalla ambos suspiramos e intentamos reunir el valor para enviar un mensaje, ése que significaría tanto para el otro, pero realmente dejamos que el estúpido orgullo gane la batalla y nos mantenga fríos, solos a cada lado de la ventana.
Dile a tu orgullo, que el mío le manda saludos, y sobre todo me gustaría saber si él te abraza tan bien por las noches, como lo hacía yo.

domingo, 14 de diciembre de 2014

#Remembers

Pensé que quizás esta sería la vez que te quedaras, que volveríamos a abrazarnos como lo hicimos mil veces. No te das cuenta de cuán equivocada me doy cuenta que estaba.
Sí, tal vez nunca consiga olvidarte, ni a ti, ni a lo que me hacías sentir, pero también me doy cuenta que quizás idealicé lo nuestro con esperar más de ti de lo que podías ofrecerme, y más de lo mismo hiciste tu. Eso no es sano y no nos llevará a ningún lugar, eso tenlo por seguro. Pero tampoco puedo evitar pensar en aquellos días como hoy, que cuando llovía a mares venias a mi piso a abrazarme como nadie nunca lo ha hecho. Y llegabas empapado y lo único que te hacía entrar en calor era yo. Te extraño, pero también se que de quien yo me enamoré ya no existe, porque yo me enamoré del chico que conocí los primeros meses, no del que veo ahora. Ahora solo veo a alguien a quien tendría que cambiar demasiadas cosas y si realmente tienes que cambiar algo de alguien no lo estás queriendo de la forma adecuada. Y no es que no te quiera, pero te quiero de una forma equivocada, de una forma en la que no te haría ningún bien ni a ti ni a mi. Sólo espero que comprendas con estas rápidas líneas que siempre vas a ser una parte de mi vida y prefiero cerrar esa parte ahora antes de que se convierta en algo que no quiera recordar. Como una tirita, es mejor hacerlo rápido y cortante, lo menos doloroso posible y diciéndote adiós a mi manera.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Con tu camisa

Porque me gustas así, toda despeinada después de una tarde juntos. En tu cama, sentada entre mis piernas con mi camisa y un moño encima de tu cabeza. Me gusta ver tu cara mientras lees ese libro que tanto te gusta, cuando sonríes por alguna tontería de esas hojas o cuando sueltas alguna lagrimilla porque la escena es muy triste. Pero más me gustas cuando me lees, no por lo que dices sino por cómo lo dices, tu cara, tus gestos, tu voz. Me gusta cómo te enfadas cuando intento quitarte el libro de las manos pero también cómo rápidamente se te olvida que estás enfadada cuando te beso. Me gustas así, siendo tú misma, sin nada más que mi camisa y tu sonrisa.


¿Aún me sigues preguntando por qué estoy tan loca por ti? Lee lo que me dices y entonces me entenderás

lunes, 17 de noviembre de 2014

Cenizas que vuelan

Sin quererlo, sin buscarlo y sin esperarlo llegaste a mi, llegué a ti. Te vi como alguien gracioso cuando nos presentaron, alguien que irradiaba alegría por donde pasaba. Yo... yo solo hablé contigo, y las sonrisas salían solas. Y una amistad tiene mil matices. Pero la nuestra tenía algo que las demás no. Algo que nos llevó a donde estamos ahora, porque lo bueno que tenemos tú y yo cariño es que nos conocemos desde otra perspectiva. Estamos en el mismo punto. ¿Te acuerdas cuando pasábamos las tardes sólo  viendo películas? Nada más que los simples abrazos que nos dábamos pero estaban llenos de significado. Yo tenía que cerrar viejas heridas y tu curar las que tenías recientes. No se trataba de luchar con fantasmas, se trataba de estar ahí el uno con el otro. Cuando empezaron las caricias, ahí, en ese momento empezó la electricidad. Y no era algo que sentías sólo tú, el día de nuestro primer beso fue... raro. Jajaja pero entre beso y beso, caricia y abrazo, electricidad y carcajadas nos encontramos. Yo encontré el ángel que buscaba para llegar a la luz, tu donde sujetarte para que no te lleve el oleaje de la marea. Y aquí estamos. Lo que me encanta es la forma que me comprendes cielo, tu sabes que las promesas se las lleva el viento, pero mientras me abraces por las noches... el resto, es historia, porque donde hubo fuego, las cenizas, también se las llevó el viento, al igual que las otras promesas.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Entre la cordura y la locura

Nos volvimos locos. Sí, locos. Entre tus tonterías y las mías, eres la pieza que me faltaba. Esos ratos de niñez, esos aquí y ahora que tienes, esas sonrisas robadas no las cambiaría por nada ni nadie. Con lo que a mi me gustaba la seriedad... contigo es imposible estar un segundo sin sonreír.
Callarte a besos porque no hay otra forma posible de hacerlo, y entre beso y beso, esa mirada que te caracteriza.  No hay forma posible de no tener ganas de verte. Y si no es verte es hablar contigo,  entre mirada y mirada, entre caricias y silencios nos decimos todo.
Yo ya no prometo nada, y mucho menos quiero que lo hagas tú. Porque me vale con tu presencia en mi presente, con tu mano acariciando mi mejilla, con tu sonrisa traviesa y esos estúpidos apodos.



domingo, 9 de noviembre de 2014

Y te elegiría cada día, todos los días para que seas mi presente

Y un día llega sin que te lo esperes. Y lo ves claro, ves las diferencias. Y no sólo lo digo yo. "Hay dos tipos de amores, esta el primero y luego todos los demás" Sí, en eso estoy de acuerdo. El primero te descubre cosas pero cuando ya tienes la experiencia con el segundo amor las disfrutas. Cuando todo tu mundo giraba entorno a tu primer amor, acabas mareado, sin embargo con el segundo no tienes esa dependencia, ambos sabéis estar el uno sin el otro, pero por decisión propia elegís girar juntos. Ya no es esa obsesión por la otra persona y "me tiene que mirar sólo a mi". Ahora disfrutas y te ríes con él, cada uno tiene una vida propia pero no rechaza sus alas, hace que vueles junto con él. Tu amor, ya sea el segundo, tercero o vigésimo cuarto, (por que sí, hay que besar un montón de ranas para al final encontrar algo que ni siquiera se parece a un príncipe pero eh, que no se metan con tu ogro adorado!) te querrá por lo que eres, aceptará tu pasado y realmente ni siquiera pensáis en el futuro porque él está aquí ahora, como tú, y solo os dedicáis a vivir el presente. Porque el presente es un regalo y no hace falta jurarse amor eterno. He vivido lo suficiente para que me dijesen 1000 veces un "por siempre, para siempre, siempre lo haré" y el siempre acaba siempre teniendo un final. Mejor o peor,  pero tiene fecha de caducidad. Lo mejor es no poner fechas, no ponerse nombre, no cambiar nada, sino seguir siendo tu mism@ solo que esta vez alguien te da la mano, alguien te abraza cada noche y te besa como si no hubiera nadie más en el mundo.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Seamos ese nada, que dura para siempre.



Vienes y conviertes el día gris en el día con una cantidad de matices grises que ni llegaba imaginar. Sonrisas y carcajadas de lo lindo. No puedo creer que hayas llegado en el mejor momento. Lo llamamos amistad pero tengo claro que los amigos no se besan, ni duermen abrazados, ni demás. Es una forma de mantener nuestra libertad, pero a mi ya no me hacen falta las alas. Esperaré por ti, porque no hay nada mejor que reírnos sin descanso por cualquier estupidez que se nos ocurra, que me abraces por detrás sin que lo espere o esos estúpidos apodos que me pones para llamarme bajita. Sabes que yo no tengo la culpa de que seas tan alto que no te llegue ni con los tacones más altos del mundo. Ya sabes... ¡puñetera genética que te hizo tan alto! Lo único que te pido es que no tardes, porque quiero verte día a día, que dejemos esta política de no-amigos y decidamos ser ese nada, que dura para siempre.

miércoles, 29 de octubre de 2014

La luna se entregó al sol.

Ella miraba a través de su ventana la lluvia desde su habitación, sentada sobre el buró, mirando el agua caer. Pensando en cómo su vida se había deshecho como una nube más, poco a poco sin dejar ni rastro de lo que era anteriormente. Así era ella, como una tormenta, un gran tormenta eléctrica que no esperas, que te desestabiliza. Ella lo sabía, él también y por más que ya estaban advertidos, ambos, decidieron embarcarse en aquella aventura que terminó por destrozarlos, a los dos. Eran el sol y la luna, el agua y el aceite, la luz y la oscuridad, pero cuando ellos se juntaban, cuando se juntaban el sol y la luna, daban el más hermoso eclipse que haya podido nadie ver. Y como un eclipse no dura para siempre, ellos tampoco. Se juntaban cada vez que tenían ocasión pero nunca podría salir bien y mucho menos permanecer juntos. Ella era fuego para él, lo hacía arder como nadie. Ella prendía la mecha y él se consumía lentamente. Él no hacía más que avivar la llama aunque lo quemara. Y poco a poco se fueron consumiendo juntos, entre tanta pasión y lujuria, la luna se entregó al sol aun sabiendo que si él estaba brillando, ella acabaría desapareciendo.

lunes, 20 de octubre de 2014

Rojo



Ella salió hoy, y sí, llevaba los labios rojos, aquel signo que la identificaba en un día malo, aquel que nadie pensaba que podía significar eso. 
El rojo, pasión, lujuria, fortaleza. 
Para ella el rojo era su debilidad, el rojo era el que guardaba sus oscuros secretos, el que hacía que los demás la vieran diferente, fuerte, poderosa.
Rojo es lo que ella veía a cada lado cada vez que miraba. 
Rojo era el significado de tantas cosas. 
Su sonrisa enmarcada en rojo, pasión, celos y rabia. 
Enfado y no con los demás sino con ella misma. 
Rojo. 
Rojo por creer en lo que no debería.
Rojo por dejar que le hicieran creer que podía ser lo que no fue.
Rojo por decidir cambiar cuando no era el momento.
Los demás ven sólo una sonrisa, pero yo se que ella esconde algo, lo que no quiere decir, lo que calla tras su escudo de color rojo.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

El día que lo prometí, fue como firmar una sentencia.

- Prométeme aunque solo sea una cosa
+ Lo que quieras
- Que aunque algún día nos separemos, aunque nunca nos volviesemos a hablar, el día en que no amanezcas a mi lado, prométeme que siempre que veas una estrella te acordaras de mi..
+Prometo, verte en cada estrella, en el Sol, la luna y en cualquier cielo. Prometo verte en cada mirada, en cada palabra, en cada gesto, en cada boca y en todos los ojos. Prometo recordarte en cada aroma y en cualquiera de las notas de algun perfume, en cada canción y en cada letra, en cada amanecer, atardecer o anochecer, en cada brisa de primavera, en todos los frios inviernos, en todos los días de cada verano, y en todas las tardes de otoño, cada vez que derrame una lágrima, cada vez que oiga una risa, y en cada carcajada, en cada caricia, cuando se me erice la piel, cuando note el olor del mar.. pero lo que si puedo prometerte, ante cualquier cosa, es quererte siempre